Los medios de transporte público en Lima


En esta oportunidad, presentaremos las diversas modalidades de transporte público que existen en Lima Metropolitana, el Callao y ciudades aledañas, caracterizando lo más importante de cada uno de ellos.
Transporte público en el tráfico de hora valle.
Imagen: Andina.


1. Transporte público regular (1961) (códigos reasignados en 2015)

Conocido informalmente como “sistema tradicional”, a este tipo de transporte se le denomina “regular” porque está reglamentada la prestación del servicio y el tipo de unidades que operan, siéndoles asignados también los códigos de ruta que identifican sus rutas por parte de la Gerencia de Transporte Urbano de Lima (o la del Callao, respectivamente).
Transporte público regular con códigos del Callao.
Imagen: diario El Comercio
Las unidades que prestan servicio son de diverso tamaño y capacidad, constituidas esencialmente por buses, minibuses, coasters y combis. En la actualidad, tanto los buses como los midibuses son los vehículos más comunes y conforman el estándar de servicio.

Este sistema se administra a nivel de gobierno por las Gerencias de Transporte Urbano (la de Lima o la del Callao), mientras que a nivel operativo participan las empresas particulares de transporte público, caracterizadas por una variada formalización en su respectiva composición.
Pasajeros subiendo al bus en Lima.
Imagen: Andina.
En cuanto al servicio, este es brindado típicamente por un chofer y un cobrador, o un chofer-cobrador, quienes tienen contacto con el público usuario. Aunque no son imprescindibles, son importantes para el funcionamiento de este sistema los “dateros”. Los inspectores de línea son empleados de algunas empresas más formalizadas que se encargan de controlar la entrega del boleto adecuado al pasaje pagado, mientras que los “jaladores” aparecen en determinados pasajeros, no siendo estos últimos imprescindibles para este tipo de transporte.
En la actualidad, son aproximadamente 450 las rutas las que circulan por Lima (cantidad con tendencia a la baja), licitadas a aproximadamente 280 empresas de transporte. 


2. Corredores de buses (2014) (rediseñado en 2015)

Los corredores complementarios de buses son parte de una propuesta edil que sobre la base del proyecto denominado “Sistema Integrado de Transporte” (SIT), emplea buses y midibuses como las unidades que recorren rutas (denominadas “Servicios”) siguiendo un esquema tronco-alimentador. 

Administrativamente, Protransporte, entidad de la Municipalidad de Lima, ejerce la dirección y desarrollo de los servicio, mientras que a nivel operativo se encargan los Consorcios, esto es, agrupaciones de empresas de transporte que se encargan de administrar “paquetes de servicios”, siendo estos últimos las agrupaciones de rutas troncales y alimentadoras.
Buses del servicio 209 en un paradero.
Se aprecian a la cobradora de piso y un orientador.
Imagen: Protransporte.
Esta modalidad de transporte comprende la prestación de servicios por parte de un conductor de bus, que funge también de chofer-cobrador, siendo el que habitualmente se encuentra en el interior del bus. En superficie, el “cobrador de piso” se encarga de cobrar el pasaje (que se paga en efectivo) en los paraderos más concurridos y sobre todo en paraderos iniciales. Además, existen los “orientadores”, quienes se encargan de brindar información al pasajero, y los “inspectores”, personas encargadas de múltiples labores, que van desde la verificación de los boletos hasta la detención de vehículos que prestan servicios informales en el trayecto del corredor. 
Colas de pasajeros en el corredor rojo.
El bus que llega está lleno.
Imagen: Andina. 

En la actualidad, existen tres corredores (azul, rojo y morado) en proceso de implementación y en fase de prueba, que operan en total 12 servicios troncales y 2 servicios alimentadores. Los corredores amarillo y verde se licitarían (haciendo énfasis en que es una posibilidad) en el futuro, aunque no hay mayor novedad al respecto.


3. El Metropolitano (2010)

El Metropolitano es básicamente un corredor de Buses de Tránsito Rápido (BRT, por sus siglas en inglés), implementado sobre la base del proyecto “Limabus” (2002). Consiste en una flota de buses articulados que circulan por carriles segregados y con poca semaforización (rutas troncales de desplazamiento ágil), con paradas denominadas “estaciones” y cuya tarifa se cobra electrónicamente mediante el uso de tarjetas que solo se adquieren y recargan en las paradas y algunos puntos de servicio. 
Buses avanzando en fila en hora punta.
Imagen: diario El Comercio.
El servicio, al ser brindados en estaciones cerradas y cuya tarifa se paga mediante tarjetas electrónicas, supone la presencia solamente del conductor, única persona presente en el bus, y “orientadores de estación”, encargados en teoría de brindar información y de ayudar en la recarga de tarjetas.

Administrativamente, Protransporte debería dirigirlo, pero por un incumplimiento del contrato por parte de la Municipalidad de Lima, en la actualidad, son mayoritariamente los consorcios ganadores de la licitación (tres con participación colombiana y una peruana) quienes se encargan de la operación y en buena medida de la administración. 
Paradero de ruta alimentadora.
Imagen: ATV.
Opera en la actualidad una ruta troncal (COSAC 1), donde prestan servicio 15 rutas troncales (4 regulares y 11 expresos), las que se complementan con veintiún rutas alimentadoras y tres servicios especiales que transitan por diversas zonas del norte y sur de la ciudad. 

Esta modalidad de transporte público buscó ser en su momento el sistema de transporte moderno que reemplace al sistema de transporte regular. Su inauguración significó el retorno de los buses articulados a Lima, luego de una ausencia de casi 20 años (los últimos articulados eran de Enatru). Sin embargo, el excesivo costo de su infraestructura y mantenimiento, sumado a la demora de su construcción, además de no constituir una solución sensata y real al problema de transporte de Lima, han echado su suerte; quedándose relegado a las vías actualmente ocupadas, con una extensión del recorrido troncal que llegará hasta el distrito de Carabayllo (cumplimiento del recorrido originalmente planteado). 
Pasajeros haciendo cola en las estaciones.
Imagen: RPP.


4. El Metro de Lima (1990) (reinaugurado en 2011)

El Metro de Lima, o “Tren eléctrico”, como es conocido, es un ferrocarril metropolitano que transita tanto en superficie y en viaductos elevados (Línea 1) o por túneles subterráneos (Línea 2, en construcción). 

El servicio comprende el trabajo de un “conductor” o maquinista (en la Línea 2 no habrán, dado que los trenes son automáticos), y “personal de seguridad”, quienes se encargan de alguna incidencia que ocurra en el interior del tren, eventualmente ingresando en ellos, pero la mayoría de veces permanecerán solo en las estaciones. Además, existen los “empujadores”, quienes laboran en horas punta en algunas estaciones para que las puertas de los vagones cierren mientras la mayor cantidad de gente permanece adentro, y los “orientadores”, personas que se encargan de ayudar con el uso del servicio y principalmente con la recarga de tarjetas.
Tren de la Línea 1 en hora valle.
Imagen: diario Correo.
Al igual que en el Metropolitano, el pago del pasaje se realiza mediante el uso de tarjetas electrónicas, las que solo se adquieren y recargan en las estaciones.
Históricamente, por más de 20 años fue el elefante blanco más grande de la ciudad, funcionando ocasionalmente para evitar el deterioro definitivo de los trenes y en algún paro de transportistas. En el futuro, constituirá probablemente la médula espinal del transporte urbano de la ciudad. 

Actualmente, existen seis líneas proyectadas, de las que solo opera la  Línea 1. La Línea 2 está en construcción; mientras que la Línea 4 tiene proyección de ser construida en corto plazo. La Línea 3 y el resto de la Línea 4 se encuentran en fase de estudios con miras a determinar su trazo definitivo y la Línea 6 tiene proyectada la realización de estudios  en el futuro. La Línea 5 solo está planificada y no hay mayores novedades de ella en un futuro a corto y mediano plazo. 
Semáforo de entrada de pasajeros en hora punta.
Imagen: diario Ojo.
En el blog, nos referiremos a este tipo de transporte indistintamente como “Metro” o “Tren Eléctrico”.


5. El Ferrocarril Central (1871)

No debe confundirse con el Metro de Lima, pues al menos hasta ahora no forma parte de este. Es un antiguo ferrocarril que une el Puerto del Callao con las ciudades del centro del país (La Oroya, Huancayo, Cerro de Pasco, Huancavelica), que alguna vez presta servicios de transporte público entre los distritos del este de la ciudad (Chosica, Chaclacayo, Ricardo Palma o Santa Eulalia) con el centro, lo que ocurre cuando sucede algún huayco, bloqueo o deslizamiento en la Carretera Central.
Ferrocarril central transportando pasajeros desde
Chosica debido a un bloqueo por huayco.
Imagen: Andina.


6. Los buses de rutas interprovinciales (1940´s)

No forman parte del transporte público de la ciudad, aunque eventualmente pueden prestar este tipo de servicio, especialmente cuando se trata de cubrir rutas que no son satisfechas por el transporte público regular, situación presente en las periferias de la ciudad (Ancón, Santa Rosa, Carabayllo, Cieneguilla y los distritos al sur de Lurín).
Bus de Z Buss, que llega a ciudades del norte.
Imagen: Daniel Soto Hernández/A todo bus Chile
En la actualidad, de hecho, existe la tendencia por preferir estos vehículos de transporte en lugar de vehículos menores o pequeños para hacer estas rutas, debido a los accidentes en que estos últimos resultan muy perjudicados.

En principio, y en su mayoría, sirven como rutas que comunican al Centro de la ciudad con zonas que están en las afueras del área metropolitana, así como la demanda de viaje en ciudades del interior del país.
Bus de Perú Bus, que llega a ciudades del sur.
Imagen: lalupa.com.pe
Normalmente las empresas de transporte tienen terminales propios (agencias), pero también hay algunas que salen desde los diversos terminales terrestres de la ciudad (Plaza Norte, Yerbateros, Atocongo, etc.).


7. Los taxis (1920’s) (reformulado en 1940, 1956, 1973, 1981, 1985, 1988, 1994, 1998, 2006, 2010, 2013 y 2015)

Este tipo de transporte ha sido objeto de regulación en los últimos años, aunque esta resulta muy variable, de acuerdo con la gestión municipal de turno.

No existe un modelo estándar de automóvil que preste el servicio de taxi, siendo este brindado en unidades de diferente modelo, que van desde vanes hasta sedanes. Los modelos más recurrentes son los Nissan Sentra, Toyota Station Wagon, Toyota Yaris, Toyota Corolla, Daewoo Scielo, Chevrolet Corsa, Kia Rio, Hyundai Elantra, Hyundai Accent, entre otros. 
Taxis en el paradero del Jr. Cuzco.
Imagen: diario El Comercio.
Tampoco existe una reglamentación estandarizada. Los taxis pueden ser de todos los colores, aunque muchos de los formales tienen pintura amarilla, blanca, negra, blanca con franjas azules y amarillas, blanca con franja verde, o blanca o negra con bandas con cuadros amarillos y negros. 

El servicio se puede abordar prácticamente en cualquier part de la ciudad, debido a que casi no existen paraderos de taxis. El “conductor” o “chofer” maneja la unidad, y el servicio es conocido comúnmente como “carrera”. La tarifa no está regulada porque no existen taxímetros, pero se negocia directamente el monto con el conductor antes de abordar el vehículo, según el destino, distancia recorrida, ruta a seguir, condición del tráfico, etc. Evidentemente, el costo del servicio se paga en efectivo.
Los taxis en Lima carecen de taximetros.
El precio se negocia antes de abordar.
Imagen: diario La República. 
Existen alrededor de 120 000 taxis, sobreoferta evidente en un área urbana de once millones de habitantes, eso sin mencionar que existen muchos más no empadronados y taxis que hacen servicios como "colectivos", con lo que se estima que la cantidad total puede llegar a 220 000 unidades.
Operativo municipal de control de taxis.
Imagen: Municipalidad de Lima.


8. Los taxis colectivos (1930´s) (en aumento desde 2010)

Este servicio, informal si solo circula dentro del área metropolitana, ha crecido mucho en los últimos años, debido a dos características: el déficit del transporte público (en términos de tiempos de espera, cobertura y unidades llenas) y el mayor poder adquisitivo de la clase media. 

El servicio lo brinda un “conductor” o “chofer” (denominado también “colectivero”). Este tiene en el parabrisas del vehículo o sostiene en la mano directamente un letrero que anuncia el lugar de destino referencial (sea una avenida, estación, punto de interés, etc). La ruta suele ser preestablecida, aunque puede eventualmente variar en función del tráfico. Cualquier persona puede abordar el vehículo, pudiéndose bajar del mismo en cualquier parte de la ruta. 
Colectivos anunciando sus rutas.
Imagen: diario El Comercio.
El costo del servicio es variable, y dependiendo de la ruta y punto de partida o de destino, puede variar entre 2 y 9 soles, costando en promedio entre 4 y 5 soles.

Pese a la prohibición de prestar este servicio, en la práctica no se les controla o erradica, al punto que la autoridad de transporte (Municipalidad, policía de tránsito) permiten su operación especialmente en horas punta, como un paliativo para la movilidad de transporte.
Colectivos apostados en paradero.
Imagen: diario Perú.21
En la actualidad, es uno de los medios de transporte menos seguros que existen, dada sus características, siendo muy frecuentes los asaltos por emboscada y actos contra el pudor (con participación del conductor y uno o hasta tres pasajeros del vehículo).


9. Las mototaxis (1980´s)

Conocidas también como "Taximotos", "Trimóviles" o "Taxi cholos" (este último nombre se usa cada vez menos) prestan servicios de transporte zonal. Aunque más frecuentes en zonas periféricas de la ciudad, se les ve también en zonas de clase media y su presencia se expande en diversos sectores, pese a la prohibición de circulación de vehículos menores en varios distritos de Lima. 

De modo similar a los anteriores, el servicio de mototaxis es prestado por un “chofer”, que conduce una motocicleta diseñada para transportar hasta tres pasajeros, los que van en la parte trasera del vehículo. La tarifa se paga en efectivo y se negocia antes de abordar el vehículo, aunque ronda entre los 0,50 céntimos y 3 soles, dependiendo de la lejanía del destino o el número de pasajeros a bordo.
Mototaxis en Villa El Salvador.
Imagen: diario El Comercio.
Es condición para prestar el servicio el pertenecer a una asociación de mototaxistas, aunque muchos otros prestan el servicio de manera informal.


10. Las mototaxis colectivos (2010´s)

Es la “versión zonal” de los taxis colectivos, aunque a diferencia de estos, este tipo de servicios no está permitido en ninguna parte del país. También es un servicio brindado en mototaxis, que suele ser frecuente en horas punta. Con una tarifa promedio de 1 sol, el “chofer” anuncia el punto de destino y son los pasajeros los que abordan o bajan en cualquier punto de la ruta.

Está de más decir que este servicio, al igual que el taxi colectivo, tiene un alto nivel de peligro, debido a sus características; sin embargo, también la autoridad edil o policial consiente su operación en tanto alivia la demanda de transporte.


11. Los tricitaxis (1970´s)

Conocidos también como "triciclos", éste servicio es permitido en ciertas zonas, especialmente en los balnearios y en la zona norte de la ciudad.

El servicio lo presta el “triciclero” (o “triciclista”), persona que se encarga de conducir el triciclo (pedaleando). Los pasajeros abordan la unidad y se sientan delante del conductor, entrando hasta tres en cada triciclo. El servicio de transporte es zonal y la tarifa suele rondar entre los 0,50 céntimos y 2 soles, según la distancia y número de pasajeros.
Tricitaxi en Ancón.
Imagen: Usuario N/D /Panoramio.
De manera similar a las mototaxis, para prestar este servicio se requiere pertenecer a una asociación y tener permiso municipal, pero hay quienes lo ejercen de manera informal, aunque son mucho menos que los mototaxistas.
Por último, es un servicio más seguro que el mototaxi, debido a las características de sus unidades y tipo de servicio, aunque más vulnerable en caso de accidente.


12. Transporte público informal (1910´s) (en aumento desde 2014)

Conocidos como “piratas”, son servicios de transporte que presentes en la ciudad, aunque no oficialmente, dado que son ilegales. 

El esquema de operación es similar al de las rutas regulares de transporte, en tanto implica un chofer y cobrador, pero se caracteriza porque quienes brindan este servicio son personas y vehículos que han quedado fuera del transporte público regular.

En consecuencia, sus estándares de calidad son muy bajos, siendo considerados por muchos como altamente peligrosos, tanto por las altas velocidades en las que suelen transitar, sumado al la violación de las más elementales reglas de tránsito, como también por el riesgo de seguridad ciudadana que compromete el actuar del propio personal que trabaja en las unidades (especialmente los cobradores y “jaladores”). 
Coaster "pirata" en San Juan de Lurigancho.
Imagen: Protransporte.
En cuanto al pasaje, este suele ser más caro que el del servicio regular, llegando a cobrar hasta 3 veces más lo que corresponde a una tarifa zonal de una ruta regular.

A diferencia de otros tipos de transporte no permitidos, estos sí son perseguidos muchas veces por las autoridades municipales o la policía. No obstante, su flota y presencia aumenta, alimentado sobre todo por la falta de servicios nocturnos de transporte, especialmente en las zonas atendidas por los corredores de buses que carecen de transporte progresivamente desde las 23:00 horas.

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